miércoles, 14 de marzo de 2012


SEMANA 4: LA MODERACION

Una posibilidad de encontrarnos con el otro y con nuestro propio mundo.  

Desde la perspectiva sociocultural del aprendizaje acuñada por Lev Vigotsky (1978), la interacción social y el discurso son elementos básicos para el desarrollo de los procesos cognitivos superiores. En este escenario, el aprendizaje es un fenómeno social donde los sujetos adquieren los elementos necesarios para apropiarse del conocimiento a través de la interacción con los pares, con el docente mediador y con los contextos.

Allí es donde cobra sentido el concepto de zona de desarrollo próximo, la cual se asume como “la distancia entre el nivel de desarrollo, determinado por la capacidad de resolver independientemente un problema y el nivel de desarrollo potencial, determinado a través de la resolución de un problema bajo la guía de un adulto o en colaboración con otro compañero más capaz” (Vigotsky, 1978, p.133) y la que desde una de las perspectivas desde las cuales podría ser abordado el fenómeno, nos permite entender el concepto de modelación en ambientes de aprendizaje mediados por las Tecnologías de la información y la comunicación.

En este orden de ideas, en los entornos virtuales de aprendizaje se favorece el aprendizaje colaborativo y la construcción de conocimiento a través de la interacción sociocultural desde la retroalimentación y generación de espacios de interacción en los cuales es posible la conversación y la construcción de las significaciones que cada sujeto concreta de la realidad, asunto que esta determinado por las experiencias previas, los procesos cognitivos así como desde la experiencia personal y profesional. Allí, la moderación implica un asunto de acompañamiento y tutoría, asunto que Padula[1] referenciado en el texto “Tutor en Línea y su impacto en la interacción con los estudiantes del Programa digital” de Avila, Celis y Trejo, define como “Un motor de espiral ascendente en la construcción del conocimiento personal y colectivo”.  

Así entonces, la moderación en ambientes de aprendizaje interactivos implica la concepción de un maestro que favorece la preparación del escenario propicio para el logro de los aprendizajes, en donde la relación se establece utilizando los distintos medios y recursos y generando las estrategias didácticas que guíen y sustenten los aprendizajes. En este campo, la modelación es un asunto que potencia la formación, entendida esta en palabras de Kant como lo más humano en el hombre y la cual debe concebirse como uno de los aspectos primordiales en tanto se propone que ella sea transformadora de sujetos, que se traslade al ámbito social el potencial humano desarrollado en el espacio de la escuela, una formación que de cuenta de la realidad a partir de la apropiación de sì mismo y el medio que lo rodea. Señala Klafki que: “el ser humano se forma cuando, en la enseñanza, se apropia categóricamente de la realidad-cultural para, en ese mismo movimiento abrirse igualmente a esa realidad, el individuo solo puede formarse cuando se ve a sí mismo frente al mundo”



[1] Padula P; J (2008). Tutor y estudiante en educación a distancia: ¿Interacción motivadora o comunicación en crisis?

jueves, 8 de marzo de 2012


LA EVALUACIÓN
Para continuar la reflexión alrededor de la evaluación quisiera compartir el programa “Crear hoy las escuelas de mañana” en REDES dirigido por Eduardo Punset, cuya finalidad es la divulgación científica y en este espacio en particular, nos muestra una mirada interesante de la escuela y de la significatividad que el maestro imprime en ella.
Una invitación para que este programa se convierta en una posibilidad para la reflexión.


miércoles, 7 de marzo de 2012

SEMANA 3: LA EVALUACIÓN

Mi experiencia laboral y diríamos mi cercanía a la evaluación en contextos académicos se instala en las reflexiones al interior de una Escuela Normal Superior como institución formadora de maestros en la cual es el currículo donde se configura todo el proceso integral de desarrollo humano por medio de la interacción del maestro formador con los estudiantes o, como lo precisamos al interior de las Normales “Maestros en formación”.

En estos espacios en los cuales el fundamento es la formación inicial de maestros, la evaluación adquiere un carácter muy importante en tanto se asume como un proceso dinámico, realizado para conocer  la relación dialéctica entre las personas que integran la institución y su estructura y de éstas con el medio que los rodea. Se entiende entonces la evaluación como parte intrínseca del proceso mismo del aprendizaje, es estructural y funcional; estructural en cuanto pretende cambios de fondo en el desarrollo cognitivo, afectivo, volitivo y en otros campos del desarrollo y funcional en cuanto orienta, recoge, ordena las potencialidades del estudiante.

De acuerdo con los diversos campos de formación integral, evaluamos los pre – requisitos para el aprendizaje, la lectura y la escritura que abarca todo lo referente a comprensión y expresión en cada uno de los saberes, los saberes específicos y el desarrollo volitivo, asuntos que son objeto de intervención desde las prácticas de enseñanza. Así la evaluación del rendimiento escolar o evaluación de los maestros en formación está constituida por un conjunto de juicios formados en relación con las capacidades y su desarrollo, los avances en el logro de los conocimientos y los éxitos y dificultades en los diversos dominios o componentes del desarrollo personal atribuible a las acciones pedagógicas.

Sin embargo, esta dinámica implica para nosotros la revisión permanente de los imaginarios con relación a la evaluación así como las practicas evaluativas, en tanto, en esta dinámica que se construye cotidianamente nos hemos encontrado con experiencias de maestros que asumen la evaluación como el producto de la aplicación de una serie de estrategias y actividades de aula sin mayor reconocimiento del papel del estudiante en el ejercicio de producción y construcción de los saberes, asunto en el cual esta puesta la mirada de nuestra propuesta formativa.

Desde estas consideraciones nuestra experiencia con relación a la evaluación en la Escuela Normal, aun con los tropiezos propios de las dinámicas culturales desde las cuales ha sido asumida, busca tener en cuenta el tipo de aprendizajes previos o prerrequisitos con los que asumen los maestros en formación la relación con el conocimiento, reconoce que el cambio fundamental tiene que realizarse en el escenario metodológico, de manera que promoviendo opciones para discutir y entender el conocimiento y el desarrollo del pensamiento analítico, creativo, critico, se incremente un sistema de evaluación consecuente con lo acaecido en el aula.


LA PARTICIPACIÓN EN AMBIENTES VIRTUALES
Reflexiones en el encuentro con otros

“Una situación de comunicación no se resuelve
a través de algo tan pobre como aquello
de un emisor que emite y un receptor que recibe”
Collison, George

Al iniciar el encuentro con mis compañeros de trabajo para pensar en la tecnología y su potencialidad para el aprendizaje, se reconocen varios elementos que es importante mencionar;  en primer lugar, desde la consideración del trabajo en ambientes virtuales de aprendizaje, como posibilidad de relación y comunicación con otros, en segundo lugar, desde la potencialidad de la producción que se genera en colectivo en estos espacios y, en tercer lugar, desde configuración de ambientes de aprendizaje en los cuales se piensa el como, con quienes, donde y desde que dinámicas es posible la producción de saberes.
En este ámbito, en la conversación espontanea con los maestros se reiteran la interacción y la mediación como las herramientas que potencian las acciones cognitivas y sociales entre los actores del proceso educativo en el desarrollo de las actividades de aprendizaje y permiten avanzar en la comprensión de los tres asuntos que se mencionaron anteriormente y que se describen con mayor precisión en este espacio:  
1.    El trabajo en ambientes de aprendizaje se constituye en una actividad conjunta desde la cual el profesor y los estudiantes, y estos últimos entre sí, se encuentran, relacionan e interactúan en el marco del desarrollo de las actividades educativas y, donde se concibe el aula como una dinámica de participación más que un escenario espacio temporal.
2. La interacción social permite en estas dinámicas la producción de saberes y la construcción colaborativa de conocimientos que se complementan a la luz de los niveles de trabajo de cada sujeto.
3.   Los ambientes que desde ellos se instalan son potenciales para favorecer el aprendizaje en tanto tienen unas características especiales que los hacen un claro referente desde el cual se piensan asuntos didácticos como el que, para quienes, como, desde que puntos de vista, con que estrategias y desde que posturas evaluativas, asuntos fundamentales en el ámbito de lo pedagógico y lo didáctico.

Allí nos encontramos que el ejercicio de participación en este tipo de ambientes va mas allá de la relación del sujeto con la máquina y se inserta en una dinámica de producción y construcción de saberes desde otras formas y estructuras que permiten compartir mensajes y experiencias para lograr un fin común, trascendiendo los conceptos tradicionales de maestro y estudiante para abrir paso a una tarea compartida de producción de saberes.  


SEMANA 2: REFLEXIONES ALREDEDOR DE LA PARTICIPACION

Desde el panorama que nos abre esta experiencia al interior de la maestría, la participación se constituye en una opción de potenciar las interacciones y gestionar escenarios para el reconocimiento del otro y de los otros; allí donde no es posible encontrar discursos concluidos y terminados, sino propuestas en las cuales cada sujeto imprime su posición y reflexión personal. Desde esta mirada de la participación en ambientes virtuales como escenario para la interacción, deriva la consideración de que cada sujeto en estos espacios tiene múltiples posibilidades de opinión, desde la flexibilidad de tiempo y espacio puede mejorar la comunicación con el otro y expresarse a través de elementos no verbales y, potencia  la autonomía y toma de decisiones. En este campo, la participación no puede ser asumida como obligatoriedad sino como una opción para mostrarse ante el otro siendo y construir en comunidades académicas.

En este escenario, en el trabajo de este espacio formativo, la autonomía es un principio rector que potencia el desarrollo de las dimensiones humanas, posibilita la interacción,  la relación con el conocimiento propio y el de los otros y favorece la autosugestión de metodologías participativas – reflexivas en lo que María Gabriela Sepúlveda, referida en el texto “Autonomía para aprender y autonomía para vivir” de Miriam Narváez señalaría como seguir “una regla, un principio, o ley que es interna a la  propia conciencia de la persona, que la ha interiorizado a través de un  proceso de construcción progresivo y autónomo. 

Al precisar las razones por las cuales la participación es efectiva o no, hablaría de las posibilidades de tiempos para el ejercicio de interacción, allí donde la virtualidad genera otras formas de espacialidad y temporalidad y donde cada sujeto es responsable de administrarlas; sin embargo, mi dinámica personal al momento no ha favorecido este ejercicio y, en general no ha posibilitado el encuentro con el otro desde las dinámicas del colectivo docente.