SEMANA 6
Al insistir en una reflexión frente a los interrogantes ¿Cuál es el nivel del impacto de la tecnología en nuestro entorno, y en nuestros espacios educativos? ¿Será un asunto instrumental? ¿Estamos hablando de cambios en la forma en la que se concibe el conocimiento? ¿En los medios con los que se aprende? ¿En la forma en la que se aprende? ¿Estamos hablando de cambios de fondo o sólo de forma? ¿Qué tanto de esos cambios son posibilidades reales y qué tanto son posibilidades que corren el riesgo de no cumplirse?, quisiera señalar algunos asuntos que considero relevantes a fin de potenciar la discusión frente a estos elementos.
Al insistir en una reflexión frente a los interrogantes ¿Cuál es el nivel del impacto de la tecnología en nuestro entorno, y en nuestros espacios educativos? ¿Será un asunto instrumental? ¿Estamos hablando de cambios en la forma en la que se concibe el conocimiento? ¿En los medios con los que se aprende? ¿En la forma en la que se aprende? ¿Estamos hablando de cambios de fondo o sólo de forma? ¿Qué tanto de esos cambios son posibilidades reales y qué tanto son posibilidades que corren el riesgo de no cumplirse?, quisiera señalar algunos asuntos que considero relevantes a fin de potenciar la discusión frente a estos elementos.
Nuestra
sociedad esta regulada por la información que se presenta por diferentes medios,
en los cuales, las imágenes, los textos y los discursos se despliegan con
diversas formas y dinámicas para permitir la comunicación en contextos sociales.
Allí, la tecnología se configura en una posibilidad para potenciar las percepciones y los saberes de
manera diferente a lo que en otros momentos históricos era posible; hablamos de
un fenómeno que posee unos principios y organización propia que como diría
Castell es portadora de nuevos riesgos a la vez que de nuevas oportunidades
para el desarrollo humano.
En
esta dinámica, la comunicación se constituye en una de las posibilidades más
importantes de lo tecnológico en la medida en que potencia las relaciones de los
sujetos y su relación con el mundo y, en este contexto, como lo señala Martin Barbero, es necesario que la
disciplina de la comunicación pase del estudio
de los medios de comunicación al de las mediaciones que son transversales a los
sujetos y determinan sus relaciones con la cultura.
Así, la tecnología ha
llegado a convertirse en mediadora entre los sujetos, sus relaciones con el
mundo y la cultura y a través de ellas se leen las formas como se ponen en
circulación los mensajes y se les van otorgando distintos significados en lo
social.